jueves, septiembre 27, 2007

Nadie sabe lo que tiene...

He ido valorando la adquisición de mi ipod con el paso del tiempo; traer las fotos, ver o escuchar podcasts mientras espero, además de música, meditaciones y ahora que por fin encontré la forma de cargarle películas he sido completamente feliz; el domingo lo dejé en el asiento del avión de regreso de Toronto y no me di cuenta hasta que estaba a punto de abordar el vuelo a Mérida, demasiado tarde...

Al día siguiente decidí hacer el intento de recuperarlo, la realidad era que no estaba segura qué había pasado, si me había caído en el aereopuerto, en el filtro de seguridad, tenía una leve esperanza que se hubiera quedado en el avión y aún así dependía de la honestidad de quien preparó el avión para el siguiente vuelo.

Pues bien, nuevamente tuve la gran fortuna de toparme con gente buena y honesta, desde aquí rastrearon y ubicaron mi ipod, sólo me pidieron que una persona de mi confianza lo recogiera en el aereopuerto de la Cd. de México y mañana lo tendré nuevamente.

Así que al volar por Mexicana, sientete seguro que estás en buenas manos...jeje!
El pequeño Otto.
Después de ¡tres años! Bix se convirtió en papá y el cachorrito se suponía tenía ya un dueño, pero cuando éste decidió que no podía atenderlo supe que el peligro sería tenerlo un fn de semana conmigo; mi corazón se derritió y ahora se ha añadido a la familia. Para mi grata sorpresa, Bix lo ha aceptado muy bien, es curioso pero normalmente le echa pleito a cuanto perro ve, pero a Otto lo adoptó desde el principio y ahora son los grandes compañeros de juegos y travesuras, la familia está completa!