miércoles, agosto 17, 2005
El Flamenco Rosa
Mi reloj marca las 4:27 a.m., la repentina calma invitó al chaquiste al festín, a través de la puerta de mi diminuta tienda puedo ver la estrellada bóveda que me rodea, de pronto unos destellos iluminan por milésimas de segundos, ¿lluvia de estrellas? Es un espectáculo estupendo. Es inútil pretender que quiero seguir acostada, mi vejiga me hace tomar la decisión final, es hora de levantarse; el programa marca el inicio de la jornada de hoy a las 4:30 a.m., debo ponerme el traje de baño debajo de la ropa y prepararme antes de que comiencen a encenderse las lámparas y evitar congestiones en el baño (un profundo hoyo en la arena rodeado de unas bien establecidas mamparas de lámina de cartón, bote de basura y una cubeta de cal, un lugar definitivamente más higiénico que cualquier baño público carretero).
No ha sido una noche cómoda, difícil conciliar el sueño rodeada de múltiples conversaciones y risas, una gran fiesta para los ambientalistas que desde varios puntos del país y EU han venido a compartir esta maravillosa experiencia, colocar anillos de identificación a 500 polluelos de los 10,000 que brotaron este año en Punta Meco, una laguna salinera entre El Cuyo y Las Coloradas, Yucatán. Para ello, es necesario separarlos del grupo y arriarlos hasta la playa donde se encuentran los corrales de captura; expertos manejadores se introducen a lo lejos en la laguna donde se encuentra el grupo, mientras tanto los demás formamos dos líneas prolongando las vallas del corral, comienza a despuntar el alba y a lo lejos alcazamos a vislumbrar nuestro pequeño grupo avanzando lentamente, la emoción comienza a sentirse, susurros:"ahí vienen", "no debe haber espacios sin cubrir", poco a poco se ven rodeados e irremediablemente entran en las vallas del corral, salen a la playa y entran a los corrales de captura; una vez dentro, nos entregan uno a uno los polluelos para pasar a nuestras mesas de trabajo donde se les colocan los anillos, se miden y pesan, luego con los veterinarios para la toma de muestra de alimento y sangre. La manipulación debe ser rápida pero cuidadosa para evitar lastimarlos, el año pasado hubo 20 y no todos se recuperan.
8:30 a.m., nuestra labor ha terminado, se liberan los polluelos restantes, es hora de desayunar y levantar el campamento; tengo los pies completamente mojados, la camiseta mojada con agua, excremento y orina de flamenco, me duele el brazo derecho, muero de hambre y sed...pero la recompensa supera por mucho cualquier incomodidad o cansancio.
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