Esta noche he comprobado que lo que los budistas llaman compasión, ese amor perfecto, totalmente desinteresado, que existe porque el otro es, un amor infinito, completo, y porqué no llamarlo perfecto, es posible; mi único deseo ahora es que algún día pueda sentirlo por todos los seres y no sólo por uno...
jueves, julio 22, 2004
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