La semana pasada me topé con una caricatura en El Financiero que no alcancé a comprender, se veía un padre e hijo de pie en una pequeña alberca inflable y al fondo una playa, con un texto que decía: Los únicos tsunamis que pueden afectar las playas de Marcelo son los vendedores ambulantes...genial
y es que no tenía noticia alguna de que lo que estaba ocurriendo en el D.F., se había inaugurado la primera de 4 playas artificiales, ahora sí le ganaron a mi querida bici-ruta, pero la verdad, aún con los huracanes, prefiero las playas de verdad.
En el mar, la vida es más sabrosa
jueves, abril 12, 2007
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