Ahora entiendo lo que me comentaba en alguna ocasión Mónica respecto a las endorfinas generadas por el ejercicio; después de haber logrado mi distancia máxima histórica nadando, 2000 m, poco a poco lo fui dejando con el pretexto de hacer un ejercicio aeróbico para, sí, bajar de peso...la verdad es que dejé ambos y las consecuencias no se hicieron esperar, además de haber adquirido un abdomen amorfo, mi estado de ánimo fue a la baja también.
Esto, combinado con la partida de Samantha a Querétaro, después de haberme acostumbrado a rolar con ella, Scrapy y Bix por todos los parques de la ciudad, sábados en la playa, visitas a todas las tiendas, etc., etc., nuevamente acoplarme a salir sola no ha sido fácil.
El panorama laboral también se vio ensombrecido por una discusión bastante fuerte que tuve con mi jefe; además del ya enrarecido ambiente que se vive en el área comercial desde su llegada, debido a cambios en la operación y despidos por todas partes.
Sin embargo, hoy las cosas son distintas; no porque se hayan modificado estas situaciones, sino porque he decidido cambiar mi aproximación hacia ellas.
Para empezar, cambié mi predisposición hacia mi jefe, finalmente se encuentra a varios miles de kms de aquí, una visita, una llamada telefónica o un correo hostil no debe modificar mi actitud hacia mi trabajo y lo que depende de mi; nada me garantiza un final feliz, pero al menos, moriré intentándolo y dando lo mejor de mi, después de todo, hacerlo de otro modo me hace muy infeliz.
Hoy hablé con Sam, ya tiene teléfono! así que eso nos permitirá estar más en contacto...además de que la recobrada independencia emocional que me permite hacer cualquier cosa sin compañía, bienvenida cuando la hay pero no indispensable para sentirme cómoda.
Y lo mejor...retorné a mis 2000 m...decidí que estoy cansada de estar gorda, de tener que calzarme la ropa cada vez que me visto, así que decidí que a partir de hoy, pase lo que pase, debo hacer un ejercicio aeróbico Y nadar 2000 m; así que entré a la clase de taebo, a punto de desanimarme al comprobar lo descoordinada que soy, tengo la gracia de un rinoceronte haciendo katas ¡qué horror! jaja! pero después, ah! mi elemento!! amo nadar....amo la sensación de deslizarme en el agua, la armonía entre brazada, patada, respiración, deslizamiento...el contacto con el agua es poesía pura, te abraza, te besa, te hace el amor lentamente...
Los primeros 1,200 m fueron muy duros, me sentía pesada, torpe, cuando comencé los 100 m siguientes de pronto como magia mi cuerpo se hizo más ligero, mi respiración más rítmica, el avance con menor esfuerzo, los últimos 200 m fueron la gloria...reviviendo Kailas...
amo mis pulmones, mi corazón, brazos y piernas, amo la fuerza del impulso hacia delante, rompiendo el agua, uniéndome con ella...
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